viernes, 6 de noviembre de 2009

Las Psicofonias




 En Parapsicología, se conocen como psicofonías a las "voces o sonidos paranormales grabadas en cinta magnética", aunque los estudiosos coinciden en que este fenómeno es mucho más amplio y abarca otras formas de recepción y también en otros soportes (teléfono, grabaciones digitales, etc.).

Desde su descubrimiento, la mayoría de los investigadores que se ocuparon del fenómeno aseguraban que las psicofonías recogidas en los magnetófonos eran una manifestación de los difuntos. Sin embargo, esta hipótesis no es la única y desde sus comienzos ha enfrentado a diferentes investigadores y parapsicólogos, entre quienes defienden el origen trascendente del fenómeno, contra quienes defienden que se trata de un fenómeno provocado por el experimentador y que no tendría nada que ver con elementos ajenos a su propia mente.
Las primeras voces grabadas en cinta magnética, quizá sean las que se obtuvieron en el laboratorio de física de la Universidad del Sagrado Corazón de Milán por los padres Gemelli y Ernetti el 17 de septiembre de 1952. Ambos sacerdotes estaban grabando cantos gregorianos en un antiguo aparato, que utilizaba un alambre a modo de cinta magnética.
En una de sus sesiones, grabaron una voz que no debería estar allí. A este primer registro le sucedieron otros y las investigaciones de ambos sacerdotes sobre este fenómeno se prolongó durante toda la década, haciendo diversas pruebas de laboratorio sobre la obtención de voces. Años más tarde, en 1986, el padre Pellegrino Ernetti concedió una entrevista a la revista italiana Oggi, donde pormenorizó sobre los resultados e investigaciones realizados desde 1952.

Pocos años más tarde, concretamente en 1956, el investigador norteamericano Raymon Bayless también captó voces de origen paranormal. Durante los trabajos de investigación que estaba llevando a cabo con el psíquico Attila von Slazay, quedaron grabadas en la cinta magnetofónica voces que no se habían escuchado durante la sesión mediumnica. Bayless intentó dar a conocer sus descubrimientos a la comunidad parapsicológica, pero sufrió la indiferencia de sus colegas que no dieron importancia al fenómeno.

Otras personas habían logrado por aquellas fechas voces paranormales en cintas de audio. Un estudioso de la vida de los insectos, el médico inglés Dr. Thomas E. New, habría conseguido registrar algunas voces que semejaban a las humanas durante sus trabajos de campo. Luego de una paciente investigación, presentó su informe a otros colegas, pero acabó renunciando a la investigación y divulgación de este fenómeno para no perder su prestigio profesional.

Algo muy parecido le ocurrió al alemán Karl Hintzman, quien había captado voces ininteligibles en el campo. Al igual que New, decidió interrumpir drásticamente cualquier investigación al respecto.

Y aunque las psicofonías son un fenómeno presente desde la aparición de los primeros magnetófonos, lo cierto es que popularmente se le atribuye al pintor, músico y cineasta sueco Friedrich Jürgenson el descubrimiento del fenómeno.

Según su propio relato, el hallazgo de las voces paranormales se produjo de forma totalmente casual: Fue en el año 1959, cuando Jürgenson se dirigió a un bosque cercano a su casa en Mölnbo, a pocos kilómetros de Estocolmo, con la intención de grabar los trinos de los pinzones para la banda sonora para un documental sobre la vida de los pájaros. Allí dejó su magnetófono cerca de un árbol y se alejó lo suficiente para que la cinta pudiera registrar con naturalidad los trinos de los pájaros.

Algo más que trinos
Cuando regresó a su casa dispuesto a escuchar el material grabado, notó que entre los sonidos propios de las aves, se escuchaban voces humanas, que el investigador identificó como palabras en sueco y noruego, junto con algo de música. Volvió días después al bosque para grabar nuevamente el canto de los pinzones, esperando que esta vez ninguna voz "ensuciara" su registro.

Habiendo tomado todas las precauciones para que allí no estuviera nadie, realizó una nueva grabación. Nuevamente aparecía una voz, que le llamaba por su nombre de pila. En un principio, Jürgenson pensó que aquellas voces pertenecían a alguna emisora de radio que había entrado accidentalmente por el magnetofón. Luego de algunas pruebas, desechó la idea de una emisora de radio y pensó que estaba utilizando una cinta reciclada y que aquellas voces pertenecían a un registro anterior. Luego de repetir la experiencia varias veces y con la certeza de utilizar cintas nuevas, comprobó que las voces se repetían en algunas grabaciones.

Un mes después, y mientras estaba trabajando para una radio, creyó sentir una voz en alemán que lo llamó por su nombre y que le contaba cosas sobre Rusia. En otras ocasiones, sentía voces en otros idiomas como por ejemplo el italiano o húngaro, aunque es preciso señalar que Jürgenson -tal como otros de los más importantes investigadores del tema- era un experto poliglota.

Como las voces normalmente eran inaudibles durante la grabación y solo se convertían en un leve susurro al escuchar la cinta, Jürgenson había afinado su oído hasta el punto en que cayó en una especie de proceso de alucinaciones auditivas, donde interpretaba como voces casi cualquier sonido: el ruido de la lluvia, chasquidos, etc. Ante esta situación, decidió parar sus experimentos durante algunos meses.


Luego de reanudar las pruebas, había un "mensaje" que siempre se repetía y que lo invitaba a seguir escuchando. Ya dispuesto a abandonar por el cansancio, Jürgenson creyó escuchar en su magnetófono una voz que le decía -... espera, espera, escúchanos. A partir de este momento, se dedicó totalmente a la investigación de este fenómeno.



Después de varios meses de pruebas, y con la convicción de que las voces de las cintas pertenecían a seres ya fallecidos, presentó sus grabaciones con las voces a los miembros de la Sociedad de Parapsicología de Estocolmo, aunque, como era de esperar, no le dieron demasiada importancia al fenómeno.



Presentación en sociedad de las voces



El desinterés de los parapsicólogos suecos por las "voces" no fue motivo de desaliento para Jürgenson, quien publicó en 1964 su primer libro bajo el título de Rosterna frän Rymden (Voces del Universo), donde además de describir detalladamente la metodología necesaria para obtener las "voces", manifestaba su opinión sobre el origen del fenómeno. Para el cineasta sueco, las voces no provenían de ningún elemento físico sino del "Más Allá".



Algún tiempo después, Jürgenson publicó su segundo libro bajo el arriesgado título de Comunicaciones por radio con los muertos donde afirmaba -sin ningún tipo de reservas- que era posible mantener comunicaciones relativamente fluidas no solo con personas allegadas ya fallecidas, sino que también su método servía para comunicarse con personajes históricos de todas las épocas.



Los científicos de entonces no refutaron ni debatieron en ningún momento las tesis de Jürgenson, sino simplemente lo ignoraron a él y a sus libros. Otro tanto de lo mismo hicieron los parapsicólogos, a excepción del letón Konstantin Raudive, antiguo profesor de psicología quien en aquellos años residía en Suecia. Este hombre de ciencia llevaba años investigando fenómenos relacionados con la Parapsicología, en especial en todo lo relacionado con la supuesta vida después de la muerte, habiendo publicado el libro sobre el tema "El hombre del caos y su superación".



Raudive conoció a Jürgenson en 1964, y le pidió que reprodujera ante él el fenómeno de las voces. Así lo hizo Jürgenson , quien hizo escuchar a Raudive y un grupo de amigos una selección de sus mejores registros. Raudive quedó impresionado con el fenómeno de las voces y vio en él una oportunidad para demostrar, con métodos empíricos la supervivencia de algún tipo de vida después de la muerte física.



Desde ese momento, ambos investigadores comenzaron a trabajar juntos en la obtención de "voces". Fue una de estas voces obtenidas en cinta magnetofónica, la que impresionó sobremanera a Raudive. En ella, el investigador asoció la voz a la reciente muerte de su secretaria Margaret, con quien parecen "conversar" aquellas voces.



En el curso de sus investigaciones, ambos investigadores tomaron nota no solo de los contenidos de los "mensajes", sino también de las condiciones en que fueron obtenidas. Tras haber obtenido una ingente cantidad de registros psicofónicos, llegaron a la conclusión de que las grabaciones de mejor calidad habían sido obtenidas en verano, después de la puesta de sol y cuando el tiempo estaba frío y seco. En cambio las erupciones solares o la aurora boreal afectaban seriamente a la calidad de las voces obtenidas. Esto hizo pensar a muchas investigadores, y no sin razón, que las que el fenómeno de las voces podían deberse a fenómenos de interferencia electromagnética, y más concretamente a emisiones radioeléctricas que muy fácilmente podían "colarse" -y de hecho lo hacen en algunas ocasiones- en el magnetofón. Este argumento se apoya en el hecho de que las ondas de radio, al igual que las "voces", se ven seriamente afectadas por las tormentas solares y la aurora boreal.



Posteriores investigaciones descartaron de que el fenómeno se deba exclusivamente a emisoras de radio, ya que en diferentes laboratorios de todo el mundo se obtuvieron psicofonías bajo el más estricto control, utilizando micrófonos en cámaras insonorizadas , Jaulas de Faraday, etc.



El propio Jürgenson asegura haber realizado grabaciones en presencia de técnicos de renombre, como T.Laurent, profesor en el politécnico de Estocolmo o el Ingeniero electrónico Lemke de Münich; siendo imposible cualquier recepción de señales externas debido al fuerte blindaje de los aparatos electrónicos.



Pero antes de seguir avanzando en las primeras investigaciones, conviene detenerse un poco en la figura de Jürgenson.



El polifacético Jürgenson



La vida profesional de este personaje estuvo siempre ligada al arte en sus diferentes facetas. Desde sus primeros años, estudió canto y pintura. Con la revolución rusa, su familia tuvo que emigrar a Inglaterra, y en 1932 se trasladó a Palestina para continuar con sus estudios de canto y pintura. Su carrera como cantante de opera la desarrolló en Milán entre 1935 y 1938, pero tuvo que abandonarla debido a problemas de salud.



A partir de 1949, Jürgenson comenzó su carrera como pintor. Trabajó en la Catedral de San Pedro, donde pintó para la posteridad "La ciudad de los muertos" debajo de la cripta. Completó sus trabajos como pintor para las autoridades eclesiásticas realizando cuatro cuadros del Papa Pío XII, los cuales se encuentran expuestos en el Vaticano.



Tras realizar excavaciones en Pompeya entre 1967 y 1969, asumió una nueva etapa artística produciendo películas para televisión. Entre sus trabajos se encuentran "La decadencia de Pompeya", "La tumba de Pedro", o "El milagro de la sangre de San Genaro", este último premiado en Cannes en 1970.



El Papa prohibía cualquier filmación de su persona, sin embargo permitió que Jürgenson rodara "Todos quieren ver al Papa", por el cual le fue concedida la condecoración de "Commendatore di San Gregorio Magno", a pesar de no ser católico.



A partir de 1970, y hasta su muerte en 1987, Jürgenson se dedicó exclusivamente a la investigación y divulgación de las voces paranormales en cinta magnética.



Su vinculación con la Iglesia Católica ha provocado ciertas suspicacias entre algunos investigadores que dudan del descubrimiento casual de las voces, ya que Jürgenson bien podía haber conocido las investigaciones de Gemelli y Erneti. Jürgenson falleció en 1987, habiendo publicado tres libros y docenas de artículos, muy pocos traducidos al castellano.



Las investigaciones de Hans Bender



El alemán Hans Bender es quizá uno de los más famosos parapsicólogos europeos. Fue director del Instituto de Zonas Limítrofes de la Psicología y la Psicohigiene, dependiente de la Universidad de Friburgo de Brisgovia. Entre sus investigaciones, figuran los más importantes casos de la parapsicología mundial, incluyendo el fenómeno psicofónico.



Bender había realizado numerosas pruebas junto a Friedrich Jürgenson -que se extendieron a lo largo de varios años- donde se constató empíricamente la realidad del fenómeno psicofónico, aunque Bender difería en la interpretación del origen de las voces.



La primera de las investigaciones de Bender, luego de algunos contactos previos con Jürgenson, tuvo lugar en el verano de 1964, en el Instituto Alemán de Física de campo, ubicado en Northeim. Allí estuvieron presentes miembros de este instituto, técnicos de sonido, doctorados en física y varios miembros del Instituto de Friburgo. En la experiencia se utilizaron varios magnetófonos de la mejor calidad en aquel entonces.



Durante la experimentación destinada a la captación de voces paranormales, surgieron -según el informe de Bender- numerosas voces muy débiles, que solo pudieron ser interpretadas por Jürgenson, pero se grabaron otras que fueron percibidas por la mayoría de los presentes y parcialmente comprendidas. En el transcurso de otra grabación, en la que se utilizaron dos magnetofones Uher Report simultáneamente, se grabó una disertación de Jürgenson sobre el fenómeno de las voces. Una de las copias aparecieron algunas inclusiones psicofónicas. En una copia destinada al Instituto que regentaba Bender, surgieron nuevas voces en la cinta magnética. Posteriores análisis sobre el espectro de frecuencias, confirmaron la presencia de estas voces en la nueva grabación.



Esta primera fase de la experimentación realizada por Bender y su equipo, se limitó a analizar exclusivamente las voces registradas directamente en cinta magnética, excluyéndose las recogidas a través de la radio por existir mezclas de voces de emisiones normales con las presuntamente paranormales, pudiendo ocasionar confusiones. Las primeras conclusiones de este estudio apuntaban a la objetividad de los fenómenos, descartándose cualquier manipulación de las cintas o los equipos; o posibles confusiones o errores de interpretación.



Continúan los experimentos



Las investigaciones del Instituto de Friburgo sobre el fenómeno de las voces, se vieron interrumpidas durante algún tiempo. Por aquel entonces, el fenómeno psicofónico cobró un protagonismo especial, generando gran expectación en todo el mundo.



Los experimentos con Friedrich Jürgenson y las voces se retomaron durante los primeros meses de 1970. Esta nueva fase se desarrolló en Nysund durante los días 3 y 8 de mayo de 1970, con la total y desinteresada colaboración de Jürgenson. Participaron en el experimento, las siguientes personas: el Dr. J.Keil, del Departamento de Psicología de la Universidad de Tasmania, El ing N. Lemke y su esposa, L Belanger y el propio Hans Bender. Los participantes se dispusieron alrededor de una mesa redonda, excepto Jürgenson que se quedó junto a su magnetofón (un Uher Report 4000).



Delante de cada uno de los participantes de la mesa, se dispuso un micrófono al que posteriormente se le agregó un pequeño tubo de cartón de 30 cm de longitud para orientar el sonido. Suspendido del techo, sobre la mesa, se colocó otro micrófono conectado al magnetófono de Jürgenson. El resto de los sensores estaban conectados a cada uno de los canales de otros dos magnetófonos; y todos ellos estaban unidos a través de cables de corta extensión (máximo 2,5 metros), de modo que no interfiriera ninguna señal de radio. Un último micrófono estaba conectado a un osciloscopio, de modo que se pudiese monitorear gráficamente cualquier sonido captado.



Como medida de precaución, las cintas magnetofónicas a utilizar -nuevas todas ellas- se rebobinaron sobre carretes metálicos, con el fin de eliminar cualquier carga de electricidad estática. El ingeniero Lemke rastreo toda la habitación con un receptor de radio especialmente acondicionado, con el fin de detectar emisiones de alta potencia que pudieran interferir en la experiencia. Las pruebas realizadas presentaron a esta posibilidad como excluida.



Resultados de las experiencias



Una vez creadas y verificadas todas las condiciones, se realizaron docenas de grabaciones con esta disposición. Al escuchar las cintas, se pudieron percibir inclusiones psicofónicas comprensibles para los presentes en 17 ocasiones.



El primer experimento realizado dio resultados positivos. Intercalada entre una conversación entre Lemke y Jürgenson, en la que estaban hablando sobre una antena, se podía oír una voz que decía "SO HO HO". La psicofonía era claramente audible en uno de los magnetófonos, mientras que en los otros la voz era mucho más débil. Una vez visualizado el contenido de estas sílabas se presentaba como una "S" sonora, seguida de la repetición de la vocal "O" en tres ocasiones. Según Bender, "La formación fonética de esta manera objetiva daba la impresión de un infantil intento de simular que se habla en chino y podía tener relación con una conversación anterior mantenida con Jürgenson".



Para la doceava experiencia, realizada el día 4, ya se habían colocado los tubos de cartón en los micrófonos. En el transcurso de la conversación, donde Bender había tomado la palabra, se pudo oír -en un hueco entre vocablo y vocablo- una voz que decía "CHAPPA". La inclusión fue observada en el osciloscopio, y captada con especial intensidad en el magnetófono que estaba unido al mismo y en el de Jürgenson. El resto de los equipos captaron la voz con una intensidad casi imperceptible.



Durante esa misma sesión, también intercalada en la conversación, apareció la palabra "RASMUS", pronunciada rápidamente. Aunque en un principio hubo diferencias de criterios sobre el contenido de la expresión, la reescucha y los análisis posteriores apuntan a esa interpretación.



Esta palabra fue captada con la mayor intensidad en el magnetófono de Jürgenson, no así en el resto de los equipos donde se registró débilmente. Paradójicamente, según relata Hans Bender en su libro "La parapsicología y sus problemas", Jürgenson era la única persona, de entre los presentes, para quien RASMUS no tenía ningún sentido. Bender interpreta estos hechos como la inclusión con mayores visos de paranormalidad de cuantas se realizaron con Jürgenson.



Las experiencias realizadas por Bender, así como otras realizadas en condiciones de control, nos van situando en la forma de manifestarse que poseen las voces, así como de sus características técnicas. Además de las que ya hemos señalado, Bender y sus colaboradores realizaron otras experiencias igualmente esclarecedoras.



El mismo día que se realizaron las anteriores experiencias, se acordó entre todos los participantes, guardar un minuto de silencio, para intentar captar sin ninguna interferencia sonora cualquier sonido paranormal. Esta pausa fue mantenida a rajatabla con el fin de evitar cualquier tipo de error.



La atención de los presentes se centró en la pantalla del osciloscopio, la cual acusó una inclusión cuando restaban 22 segundos para acabar el silencio acordado.



Al escuchar las cintas, todos coincidieron en afirmar que la voz se expresaba en inglés y que decía algo así como "Stop - as you like..." La voz continuaba expresando algunas palabras más, pero les resultó en un principio ininteligible. Luego de varias escuchas, se identificaron las siguientes palabras como "One pause". Según señaló Bender, a través de la comprobación gráfica se verificó que la palabra Stop fue pronunciada con acento americano, es decir con una "a" en lugar de la "o". Asimismo, la palabra "pause" se podía oír sin la "e" final y con las vocales "a-u".



Todas las cintas tenían las mismas características fonéticas, pero era bastante débil en el magnetofón situado junto al osciloscopio. Bender también otorga a esta inclusión un alto grado de paranormalidad por varias razones: Por una parte, considera improbable que alguno de los presentes, dado el estricto control de la situación y de las acciones de cada uno de los allí reunidos, y por el tipo de pronunciación de las vocales "a-u" en lugar de una "o".



Tampoco considera probable la captación de una emisión de radio fortuita, en buena medida por las comprobaciones previas realizadas en la sala de experimentación, y por la relación del contenido de la frase con la situación creada por los investigadores.



Por otra parte, ninguno de los presentes, ni siquiera Jürgenson, hablaba el ingles con el característico acento americano.



Las experiencias de los días subsiguientes dieron como resultado nuevas voces cuyo origen no fue explicado con tesis convencionales. Una de ellas se grabó el día 6 mientras se debatía sobre las sugestiones. En medio de la frase "Toda sugestión, como Uds. comprenderán -nein meine Freunde (no mis amigos)- es..." . Bender considera esta inclusión como presuntamente paranormal, al descartar cualquiera de las explicaciones convencionales.



En la sesión de grabación realizada el día cinco, Jürgenson identificó un total de 17 voces que se manifestaban en la misma cinta, pero el resto de sus compañeros de experiencia no se pusieron de acuerdo sobre ellas. En el resto de los días también se consiguieron nuevas voces, presuntamente paranormales, en las que Bender apuntaba la posibilidad de que las voces estuvieran relacionadas con la figura de Friedrich Jürgenson.



El trabajo de Raudive



Konstantin Raudive es sin duda alguna uno de los referentes más importantes en la divulgación de las voces paranormales en cinta magnética.



Al igual que Jürgenson, la vida Raudive fue un constante peregrinar por varios países de Europa. Estudió filosofía e historia de la Literatura en París y España, donde fue nombrado "Embajador del espíritu español" por su traducción al letón del emblemático "Don Quijote".



Sus estancias en Alemania y Suecia ampliaron su condición de políglota, lo cual se vería reflejado también en sus trabajos con las psicofonías, donde al igual que a Jürgenson- las "voces" le hablaban en varias lenguas.



Luego de sus trabajos en común, y por discrepancias de criterios, Raudive y Jürgenson continuaron sus trabajos cada uno por separado a partir del año 1969.



Por su parte, el investigador letón siguió realizando experimentos con las voces, utilizando una sencilla grabadora con la que realizó más de 100.000 registros. A veces, acoplaba a su magnetofón una radio, al igual que realizaba Jürgenson por indicación de las voces. Él estaba convencido que entre la banda de frecuencias que separa dos emisoras, resultaba más fácil el manifestarse a sus pretendidos interlocutores. Entre ellos, Raudive aseguraba identificar las voces de personajes como Carl Jung, Adolf Hitler o Wolfgang von Goethe.



Un disco con las voces



En el año 1969, se publicó una completa recopilación de los trabajos de Raudive, con el título de "Lo inaudible se hace audible", donde se ofrecía además una grabación con una selección de algunas de las mejores "voces" obtenidas durante su experimentación. Su libro puso en alerta a un buen número de escépticos, argumentando que las "Voces de Raudive" eran solo falsas interpretaciones de electricidad estática, el propio ruido de la cinta y le acusaron de confundir emisoras de radio con voces de espíritus.



Dos años más tarde, en 1971, una importante editorial inglesa se interesó por lanzar una traducción al inglés del libro de Raudive. Con el fin de realizar algunas pruebas científicas que ofrecieran credibilidad al fenómeno de las voces, se realizaron algunos experimentos promovidos por la editorial Colin Smithe, celosa de guardar su prestigio antes de arriesgarse a divulgar un fenómeno tan extraño.



Para el primero de estos experimentos, se convocó el 24 de marzo de 1974 a un grupo de profesionales del sonido en Gerrard’s Cross (Buckinghanshire). La supervisión de las pruebas estaba a cargo de las Pye Records Ltd, con el asesoramiento de los técnicos de sonido Ray Prickett y Keith Attwood. La compañía discográfica instaló una serie de dispositivos donde se intentaría captar emisiones radiofónicas, ruidos, etc.; a través de un gran despliegue técnico. Cuatro magnetofones captarían diferentes sonidos y se utilizaron diversos equipos protegidos contra emisiones espúreas. Como observadores se encontraban Colin Smithe, Peter Bander, Sir Robert Mayer y el propio Raudive. Los magnetofones grabaron durante 18 minutos, durante los cuales un medidor especial indicaba que algo estaba registrándose en las cintas, aunque los auriculares de monitoreo no indicaban nada.



Durante la reproducción del material grabado, los presentes no salieron de su asombro. Se habían registrado más de 200 voces, 27 de las cuales eran perfectamente comprensibles. Incluso Sir Robert Mayer creyó reconocer en una de ellas la voz de su amigo Arthur Schanabel, concertista de piano ya fallecido.



Aislados de las radiofrecuencias



El segundo de los experimentos se realizó tan solo tres días después del anterior. Esta vez fue en los estudios de la Belling & Lee, ubicado en Enfield. Este laboratorio estaba equipado con una pantalla de radiofrecuencia que impedía que cualquier tipo de onda electromagnética penetre en su interior. Supervisando la experiencia estaban Peter Hale, experto en este tipo de pantallas; y Ralph Lowelock. Ingeniero en física y electrónica. A pesar de las fuertes medidas de control, nuevamente se registraron voces claras. Tras estas pruebas, la editorial accedió a publicar el libro de Raudive.



Sin que la avalancha de críticas de los escépticos le hiciesen mella, Konstantin Raudive continuó desarrollando sus experiencias de obtención de voces, a la vez que trabajaba en su tesis del "mundo opuesto", que estaría unido al nuestro de modo que entre ambos se complementan.



Raudive aventuró además la hipótesis de que las almas de los difuntos que se encontraban en aquel "mundo", podían buscar una comunicación con el mundo de los vivos, y que las "voces" registradas en las cintas eran el resultado de esa comunicación. Raudive continuó con sus investigaciones hasta que falleció en 1974.



Además de sus libros, Raudive dejó un buen número de grabaciones en cinta magnética. Buena parte de este material se guardó en un gimnasio en Münster-Vestfalia-Alemania, donde se habilitó una sala dedicada a la memoria de Konstantin Raudive y su mujer Marina, encontrándose expuesto tanto el material documental como los equipos técnicos utilizados en sus investigaciones.