Puro trámite para el manacorí. Rafa Nadal se encontró con el rival kazako Mikhail Kukushkin en octavos de final. El joven jugador de Volgogrado atesora un buen drive, y se le augura un gran futuro en la ATP. Rafa Nadal, de momento, tiene otros planes, y en su agenda sólo aparece el repetir de nuevo victoria en Montecarlo. Tras esta incompatibilidad de caracteres, un doble 6-1 fue lo máximo que cedió el número 2 del mundo. Un gran saque, y la solidez a la que acostumbra Nadal desde el fondo de la pista en tierra batida, bastaron para 'barrer' al número 68 del ranking.
El primer set fue toda una declaración de intenciones por parte del 7 veces campeón del torneo. Rafa Nadal comenzó el partido consiguiendo el primer 'break' del encuentro, y rápidamente puso la directa, vapuleando en ocasiones a su rival. Kukushkin sólo consiguió soltar el brazo en ocasiones contadas, y su tenis no pudo relucir ante el español, que se resistió a dejarle respirar durante todo el choque. Nadal no necesitó sacar su mejor tenis para dominar el choque. Bastó con un saque muy regular, con predominio de primeros servicios, y su habitual manejo de la situación desde el fondo de la pista. Rafa consiguió mantener 'a raya' al kazako desde allí, y los puntos se iban sucediendo sin importar quien estuviera al saque.
Los juegos cayeron en el saco del mallorquín uno detrás de otro hasta que en el quinto juego, el joven kazako consiguió estrenar su marcador. Fue casi un acto de benevolencia por parte de Rafa, o de despiste, pues el dominio no iba a cambiar de lado. Con 6-1 concluyó el primer set, y en el segundo no cambiaron las cosas. Cuando Nadal lo necesitó, sacó con precisión para poner los primeros 'aces' en la pista del kazako. Fue un entrenamiento con un 'sparring' que de momento, no ha conseguido nada en las 7 veces en las que se ha enfrentado al ex número uno.
Kukushkin consiguió empatar a uno en el segundo set para dar la sensación de que algo de emoción le quedaría al encuentro antes de la capitulación anticipada por todos. Ahí quedaron las intenciones, y la gasolina del rival de octavos, al que se le pueden atisbar maneras y tenis pese a su juventud, pero todavía algo insuficiente para enfrentarse al 'rey de la tierra batida' en su torneo. El discípulo de Toni Nadal pisó si cabe algo más el acelerador, moviendo al tenista kazako de lado a lado, hasta desesperarle. No hubo rival, y el segundo 6-1 llegó en menos de 59 minutos, y por la vía rápida.
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