miércoles, 6 de enero de 2010

El embarazo y la Gripe A, ¿una mezcla peligrosa?

Las mujeres embarazadas no son más vulnerables al virus de la gripe A. No se contagian con más facilidad que el resto de la población, pero cuando lo hacen el riesgo de sufrir complicaciones graves y morir se multiplica. Por eso el ministerio de Sanidad ha situado a este colectivo como grupo de riesgo.

Durante el embarazo el sistema inmune está disminuido de manera natural, por eso hay más posibilidad de tener gripe y desarrollar complicaciones. Las hospitalizaciones en las mujeres embarazadas se han multiplicado por cuatro en comparación con la población general.

Entre un 8% y un 13% de las muertes por la nueva gripe son embarazadas. Muchas más de las que, proporcionalmente, fallecen por la gripe estacional: un 1%.

Son datos de un estudio que publica The Lancet, realizado por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), que además indica que entre las gestantes hay cuatro veces más ingresos hospitalarios que entre el resto de la población.

Fiebre, diarrea, cefalea o dificultad respiratoria, algunos síntomas

En varios países se ha notificado un riesgo mayor en las embarazadas, particularmente en el segundo y tercer trimestres del embarazo. También se ha notificado un aumento del riesgo de muerte fetal o aborto espontáneo en las mujeres infectadas.

La enfermedad en las embarazadas se presenta con una sintomatología respiratoria aguda, con tos, dolor de garganta, rinorrea y fiebre, acompañados de malestar general, cefalea, fatiga, vómitos y diarrea.

En la mayoría de las embrazadas la enfermedad tiene una evolución típica y se cura, pero en algunas se pueden complicar con una infección bacteriana secundaria incluyendo la neumonía que, asociada a los efectos de la enfermedad viral, agrava el pronóstico materno y fetal.

Las primeras en vacunarse

Un punto común entre las embarazadas que han muerto es que todas empezaron a tomar antivirales cuando ya era demasiado tarde. Por eso el mismo estudio recomienda que la medicación -oseltamivir, preferentemente, y ralenza- se debe empezar a tomar durante los dos primeros días de aparición de los síntomas.

El tratamiento debe iniciarse lo antes posible después de aparecer la sintomatología ya que su eficacia mejora si se inicia en las primeras 48 horas de la aparición de los síntomas.

La duración del tratamiento es de 5 días y no debe posponerse esperando los resultados de los exámenes virales. La profilaxis debe hacerse durante 10 días en aquellas embarazadas que hayan estado expuestas a la infección y que no tienen síntomas, dado el tiempo estimado de incubación de la enfermedad.

Aún no se conocen efectos secundarios

El CDC reconoce que faltan estudios sobre el uso del medicamento durante el embarazo. No se conoce que cause daños, porque en los casos en los que se ha utilizado no se han detectado problemas, pero tampoco se puede asegurar su inocuidad.

Pero si está embarazada no se alarme; este riesgo es bajo y la mayoría de mujeres embarazadas que han pasado la gripe han tenido sólo síntomas leves. Es importante extremar las medidas de higiene y seguir las recomendaciones generales.

En el caso de empezar con fiebre debe bajarla lo antes posible tomando paracetamol (que es un medicamento seguro en el embarazo) y contactar lo antes posible con los servicios sanitarios.

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