martes, 10 de mayo de 2011
La OTAN arremete de nuevo contra Gadafi
El complejo del líder libio, Muamar Gadafi, y otros lugares en Trípoli registraron el martes una serie de explosiones aparentemente causadas por ataques con misiles de la OTAN.
Las autoridades libias habían dicho con anterioridad que cuatro niños habían resultado heridos, dos de ellos de gravedad, por los cristales que estallaron en ataques de la OTAN en el área de Trípoli durante la noche.
Los responsables oficiales libios mostraron a periodistas extranjeros un hospital de la capital libia donde algunas ventanas quedaron destrozadas, y aseguraron que los daños fueron resultado de un ataque de la OTAN que derribó una torre de telecomunicaciones cercana.
Los periodistas también fueron llevados a un edificio gubernamental que alberga el alto comisionado para la infancia, que quedó completamente destruido.
El antiguo edificio colonial había resultado dañado anteriormente en lo que las autoridades libias describieron como otro ataque de la OTAN el 30 de abril.
No hubo información adicional disponible de inmediato, pero las explosiones en Trípoli se produjeron en medio de un estancamiento en la ofensiva rebelde para derrocar a Gadafi y del dilema que afrontan las potencias occidentales respecto a ofrecer ayuda encubierta a los insurgentes.
El lunes, los rebeldes dijeron que la OTAN bombardeó cuatro veces unos depósitos de armas de Gadafi a unos 30 kilómetros al sudeste de Zintan, en la región de las Montañas Occidentales, donde el conflicto se ha intensificado.
"El lugar tiene unos 72 hangares subterráneos hechos de cemento reforzado. No sabemos cuántos fueron destruidos. Pero cada vez que los aviones atacaron, escuchamos múltiples explosiones", dijo por teléfono un portavoz rebelde que se identificó como Abdulrahman.
Otro portavoz rebelde dijo que los aviones también atacaron blancos cerca de Tamina y Chantine, al este de la ciudad portuaria de Misrata, la última posición rebelde en el oeste de Libia.
Las fuerzas de Gadafi han lanzado un feroz asalto contra Misrata y cientos de personas han muerto en semanas de enfrentamientos.
El diario opositor Brnieq informó de que los rebeldes libios están encabezando un levantamiento en los barrios periféricos de Trípoli tras haber recibido armas ligeras de oficiales de los servicios de seguridad que han desertado.
La información en la página web del diario no pudo ser verificada independientemente. Un reportero de Reuters dijo que no podía escuchar disparos y un responsable gubernamental desmintió la información.
Dos meses después del inicio del conflicto, ligado a otros levantamientos en el mundo árabe, los rebeldes controlan Bengasi y otras localidades en la región oriental, mientras que el Gobierno está afianzado en la capital y en otras grandes ciudades.
El Gobierno dice que la mayoría de los libios apoyan a Gadafi, que los rebeldes son delincuentes armados y extremistas de Al Qaeda y que la intervención de la OTAN es un acto de agresión colonial de potencias extranjeras que quieren robar el petróleo del país.
La televisión estatal libia reforzó esa imagen, diciendo que los aviones de la OTAN bombardearon el lunes "objetivos militares y civiles" en Misrata y la ciudad adyacente de Zlitan.
DILEMA OCCIDENTAL
El estancamiento en el campo de batalla enfrenta a los aliados, entre ellos Estados Unidos, Reino Unido y Francia, con la opción de sacar partido a las brechas del régimen de sanciones que diseñaron en febrero y marzo para ayudar a los rebeldes, dijeron diplomáticos en Naciones Unidas.
Otra alternativa sería saltarse las sanciones, pero en ambos casos irritarían a Rusia y China, que tienen poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU y son cada vez más críticos con las operaciones de la OTAN para proteger a los civiles en Libia.
Los rebeldes se enfrentan a un Gobierno con mayor capacidad militar y más recursos, pero lograron superar un obstáculo financiero el lunes al vender petróleo por un valor de 100 millones de dólares pagados a través de un banco qatarí.
La guerra ha dejado miles de muertos y ha causado sufrimiento no sólo para los libios, sino también para decenas de miles de inmigrantes africanos que han tenido que escapar del país.
Decenas de personas han muerto intentando alcanzar por mar las costas de Italia y la inmigración crea no sólo la posibilidad de una crisis humanitaria, sino que representa un dolor de cabeza político para la OTAN y la Unión Europea.
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