La mayoría de los menores tiene síntomas leves.Aunque tradicionalmente los niños han sido considerados como uno de los grupos más vulnerables, lo cierto es que, en la mayoría de los casos, presentan sólo síntomas leves.
Aunque el comportamiento del virus puede cambiar, lo cierto es que, de momento, el grupo de edad con mayor número de contagios es el de los niños, si bien es el de los adultos jóvenes el que tiene un mayor riesgo de presentar complicaciones en su salud.
Hasta la fecha, los grupos de riesgo son las personas con enfermedades crónicas –cardiopatías, patologías respiratorias y renales, diabetes, inmunosupresión, obesidad mórbida...–, los menores de 18 años que reciben tratamiento con ácido acetilsalicílico (aspirina) y las embarazadas.
Por eso, sólo se vacunarán, en principio, los niños que tengan algunas de estas patologías, dado que los que mantienen un buen estado de salud no presentan complicaciones graves si se contagian. Eso sí, como los niños tienen una gran capacidad para transmitir los virus, el Ministerio de Sanidad no ha descartado que entre en futuras campañas de vacunación de la gripe A.
Prolonga la lactancia
No obstante, los expertos aconsejan a las madres de bebés menores de 2 años, que tienen un sistema inmunológico inmaduro, que prolonguen la lactancia materna, al menos hasta que el niño cumpla 12 meses, incluso en el caso de que la mamá tenga la gripe A, haya estado en contacto con personas enfermas, o este tomado antivirales por prescripción médica. La cantidad de antiviral que se segregan en la leche materna es insignificante.
Por el momento, los datos sobre la eficacia de las vacunas en la población infantil son esperanzadores y coinciden con la publicación de las últimas cifras de la incidencia de la gripe A en España. Según estos datos, los menores de 14 años se han convertido ya en el grupo de población con más contagios. Además, los niños menores de 5 años son el segundo grupo más afectado por esta enfermedad, si bien la inmensa mayoría presenta síntomas leves.
Así se confirma lo que ya auguró hace semanas la Asociación Española de Pediatría (AEP): que entre el 60 y el 70% de los pacientes con gripe A serían niños y adolescentes, pero que, en ellos, la enfermedad se manifestaría en su forma más leve.
De hecho, desde septiembre, cuando comenzaron los colegios, uno de cada tres infectados es menor de 14 años, y la incidencia de la gripe A en este grupo de población infantil crece al ritmo de un 30% semanal.
Calma y serenidad
No obstante, la AEP lanzó un mensaje de "calma y serenidad" a los padres, ante una gripe que, si bien se transmite con mayor facilidad que la común, se manifiesta de manera igual o más atenuada que ésta. De hecho, los datos conocidos hasta ahora en el hemisferio sur, donde está a punto de terminar el invierno, revelan que la mortalidad de esta gripe es mucho menor que la estacional.
Por eso, el tratamiento es similar –antitérmicos, higiene nasal...– y va dirigido a aliviar los síntomas, que también son iguales: fiebre, tos, congestión nasal, dolor de cabeza y muscular. Si transcurridos 3 ó 4 días, persiste la fiebre, el niño se encuentra muy afectado, respira con dificultad y tiene problemas para comer, entonces habrá que acudir al médico. "No hay que olvidar que las salas de espera de los centros médicos pueden ser fuente de contagio de gripe A", añaden desde la AEP.
Los antivirales deben reservarse únicamente para los niños con patologías crónicas graves, que puedan tener complicaciones, y siempre con una valoración y prescripción individualizada por parte del médico que le atienda.
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