Es increible que haya una especie animal que habiendo convivido con nosotros en todas las latitudes a todo lo largo de la Historia sólo pudo ser vista hace apenas unos años cuando un productor cinematográfico se interesó por unas misteriosas manchitas que se desplazaban a enorme velocidad frente a las cámaras.
Y no estamos hablando de un animal microscópico, ni tampoco de una especie que viva en las profundidades oceánicas o en las cavernas heladas de las cumbres de las más altas montañas, ¡NO!, estamos frente a un ser de dimensiones perfectamente visibles (generalmente de 10 a 20 cm) pero que por la velocidad a que se desplaza no lo podemos ver.
La existencia real de los RODS ya ha sido demostrada aun cuando ninguno de ellos ha podido ser capturado para su estudio científico.
Estos misteriosos animales cuyas dimensiones pueden ir desde apenas unos centímetros hasta (según muchos suponen) varios metros fueron descubiertos por casualidad.
Hasta el momento de su descubrimiento nadie sospechaba de su presencia alrededor de nosotros; sin embargo una vez que se produjeron las primeras noticias de su existencia ha habido un verdadero alud de reportes, la mayoría de los cuales han pasado todas las pruebas de veracidad que, en nuestros dias significa el análisis computarizado cuadro a cuadro de cada filmación.
José Escamilla se había codeado con los investigadores de fenómenos extraños y misteriosos desde que el 5 de marzo de 1994 había logrado filmar un OVNI durante 16 minutos a plena luz del dia encontrándose a unas 9 millas al sur de Roswell en Nuevo México (USA).
Un año después, en 1995, el Sr. José Escamilla trabajaba como productor de cine y al revisar escenas filmadas en exteriores se disgusto mucho al observar manchas que cruzaban la escena. Pensó que podia tratarse de imperfecciones de la cinta de video, sin embargo su curiosidad lo llevó más allá porque las “manchas” parecían corresponderse a algún animal, quizas un pájaro pequeño o hasta insectos que pasaban frente al lente, sin embargo durante la toma nadie pudo ver ave alguna cruzando entre los actores y la cámara ni hubo camarógrafo que se quejara de insectos.
Por esta razón e impregnado por una gran curiosidad José Escamilla quiso analizar cuadro a cuadro el video a ver si descubría qué era lo que estaba provocando aquellas manchas huidizas que “ensuciaban” la filmación. Lo primero que comprobó fue la incredible velocidad de desplazamiento de las manchas; a tan alta velocidad –reflexionó- deben pasar inadvertidas ante el ojo humano.
Tal fue su curiosidad que buscó en los archivos de su compañia cinematográfica casetes de video conteniendo tomas de escenas grabadas en exteriores de otras novelas, y cuál no sería su sorpresa al comprobar que las manchitas fantasmales también estaban en otras muchas cintas. No conforme con eso Escamilla logró, valiéndose de amigos y antiguos compañeros de trabajo, tener en su mano videos de escenas en exteriores provenientes de 28 estados diferentes de los Estados Unidos.
Escamilla chequeó cuidadosamente todas las cintas que le llegaron, y en la gran mayoría de ellas pudo encontrar también las veloces manchitas desplazandose a una velocidad vertiginosa.
La velocidad con que se mueven les convierte en invisibles al ojo humano. Algunos autores, siguiendo la denominación original que les otorgara Escamilla, llaman a estos “seres” como “peces voladores”, otros prefieren llamarles “serpientes voladoras”, sin embargo lejos de toda comparación con peces o serpientes (ya que no son ni lo uno ni lo otro) el nombre con que hoy se les reconoce es RODS.
Es un hecho sabido que para que cualquier fenómeno pueda ser considerado como una verdad objetiva una de las condiciones primeras que debe cumplir es la repetibilidad de la observación; En este caso cualquiera que posea una cámara de video con “tiro rápido” (grabación a alta velocidad como las que se usan en los eventos deportivos) puede registrar en sus cintas a los huidizos RODS preferiblemente si efectúa las tomas a contraluz.
Más recientemente se ha hecho un descubrimiento espectacular. Pequeños rods han sido “capturados” en video durante filmaciones subacuaticas realizadas por el canal norteamericano National Geographic Explorer Television en su equipo de grabación dirigido por Edward López, en cuevas submarinas del litoral yucateco en México.
La única diferencia entre los animalitos aereos y estos acuáticos parecía ser la velocidad de desplazamiento, estos últimos se movían mucho más lentamente como es lógico para el medio en que están.
En esta filmación se puede apreciar muy bien el movimiento de las membranes que están a los lados del cuerpo tubular y que crean un fuerte chorro hacia atrás impulsándolo velozmente hacia delante. De todas las apariciones de estos "seres" en las profundidades del mar ha sido tan impredecible y su desplazamiento tan rápido que, al igual que en los casos de los que "vuelan" estos nunca fueron vistos directamente por los investigadores sino detectados en las cintas de video tras un detallado y exhaustivo análisis de las imágenes cuadro a cuadro.
Este rod submarino apareció perfectamente filmado en dos secuencias durante un tiempo total de seis segundos.
A partir de ahi se inició una revision aun más cuidadosa de otros muchos videos subacuáticos. El esfuerzo realizado durante muchas semanas de paciente escrutinio dio finalmente los resultados que se esperaban y se pudieron ver varios más de estos misteriosos seres.
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