viernes, 11 de diciembre de 2009

Misteriosas luces en la Luna


Nuevos datos parecen demostrar que la Luna no es ese trozo de roca muerta que nos han hecho creer los astrónomos. En algunas ocasiones su desierta superficie bulle de actividad.

Incluso a pesar de que han sido reportados ocasionalmente desde hace cientos de años, los presuntos cambios en la superficie lunar han sido siempre una materia controvertida. Muchos científicos han descartado sin más los avistamientos de resplandores y nieblas que sobrevuelan con relativa frecuencia ciertos parajes de la geografía selenita.

Sin embargo, un astrónomo francés acaba de obtener evidencias incontestables de la existencia de fenómenos inexplicados que se producen en la superficie de nuestro satélite.

El fenómeno fue observado en 1992 por el veterano observador lunar Audouin Dollfus del Observatoire de Paris empleando un telescopio de reflexión de un metro de diámetro. Durante los últimos ocho años el astrónomo ha estado analizando sus resultados y es ahora cuando considera que por fin están listos para su publicación.

El 30 de diciembre de aquel año, observó una serie de resplandores en la superficie del gran cráter Langrenus. Estaba seguro de que aquello no se encontraba allí el día anterior. El profesor Dollfus observó el fenómeno durante varios días hasta que este se desvaneció.

Cada vez que volvía a mirar por el telescopio, notaba que la forma y el brillo del resplandor habían cambiado.

El sabio opina que el fenómeno se debe a un escape de gas que proyecta nubes de polvo que lucen al reflejar la luz del Sol.

Algunos observadores lunares han expresado su sorpresa de que este fenómeno haya sido visto sobre Langrenus, un lugar que no es considerado como propicio para este tipo de cambios.

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