jueves, 17 de marzo de 2011
Descifrando las píldoras antirradiación
Ante la crisis nuclear que se vive en Japón, en varios países se han desatado compras de pánico de tabletas de yoduro de potasio por los temores de sufrir un envenenamiento por radiación.
El yoduro de potasio (KI) es una sal que se utiliza como tratamiento para la radiación porque actúa evitando que la glándula tiroides absorba el yodo radiactivo que se libera en la contaminación.
Las farmacias, por lo general, no tienen KI disponible en sus almacenes porque las empresas farmacéuticas lo producen por encargo.
Pero ahora varios fabricantes han informado que sus reservas están agotadas, principalmente en Estados Unidos, China y otros vecinos de Japón.
"Es una locura", le dijo a la BBC Debby Fleming Wurdack, copropietaria de Fleming Pharmaceuticals, que produce la solución de KI por encargo. Esta empresa agotó sus reservas del fármaco en un día.
Varios gobiernos, como el de Estados Unidos, tienen reservas disponibles de yoduro de potasio para utilizar en casos de emergencia
Las recomendaciones de la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA) de ese país indican que los estados que cuentan con plantas nucleares tengan suficiente cantidad de KI disponible para repartir a los residentes que viven en un radio de 16 kilómetros de estas instalaciones.
En Japón, tras la primera alerta de una posible contaminación nuclear el gobierno repartió unas 230.000 tabletas de yoduro de potasio a los residentes de las inmediaciones de la planta de Fukushima.
Pero para quienes no están bajo un riesgo directo de radiación, la utilidad del KI no sólo es muy limitada sino el fármaco también puede ser peligroso.
Lo que es el KI y lo que no es
El yodo es un elemento químico indispensable para el ser humano, necesario para que el organismo, en este caso la glándula tiroides, produzca hormonas esenciales para el metabolismo.
Este tipo de yodo estable proviene en su mayoría de los alimentos que consumimos y cuando hay una deficiencia de este compuesto se receta el yoduro de potasio, que es el yodo estable en su forma sintética.
En un evento nuclear o radiológico como el que vive Japón se libera en el aire yodo radiactivo, uno de los isótopos que resultan de los procesos de fisión nuclear.
Estos isótopos pueden ser aspirados por el ser humano hacia los pulmones y el compuesto también puede contaminar los abastecimientos locales de alimentos o entrar al organismo con la comida o las bebidas.
Cuando este yodo radiactivo entra al organismo humano la glándula tiroides comienza a absorberlo, igual que absorbe el yodo estable. Y si esto ocurre pueden ocurrir lesiones en la tiroides que pueden resultar en cáncer.
Sin embargo, tal como explica en la revista Scientific American el profesor John Boice, experto en epidemiología del cáncer del Instituto Internacional de Epidemiología, en Estados Unidos, el yoduro de potasio puede bloquear al yodo radiactivo para evitar que la glándula lo absorba, pero esto ocurre cuando el material radiactivo ya ha entrado al organismo.
Es decir, el KI no evita la contaminación interna de yodo radiactivo.
"Una píldora es útil durante 24 horas, pero después se debe tomar otra píldora. Pero no deben tomarse dos píldoras a la vez porque consumir demasiado yoduro de potasio no es bueno".
"Como todo lo demás, el fármaco no es 100% efectivo. Pero sí puede bloquear la absorción de yodo radiactivo", agrega el experto.
Daños a la tiroides
Otra creencia errónea es que el KI puede proteger a todo el organismo.
Según el profesor Boice, "el KI se concentra únicamente en "ayudar" a la glándula tiroides a los efectos del yodo radiactivo. Pero en un evento como Chernobyl, donde los reactores liberaron también otros elementos radiactivos, como el cesio y el estronio, el KI no puede hacer nada".
El yoduro de potasio tampoco protege contra otras lesiones que pueden resultar en otros órganos por la contaminación por radiación.
"Estas tabletas de yoduro de potasio no son píldoras mágicas", dice el profesor Boice.
"Protegen contra el cáncer de tiroides, pero no ,contra otras posibles formas de cáncer", agrega.
El experto dice, además, que la evidencia científica muestra que los más vulnerables a los efectos de la contaminación radiactiva -y al cáncer de tiroides- son los niños.
"Algo que aprendimos estudiando los efectos del desastre de Chernobyl, es que los niños que vivían en las áreas contaminadas por la radiación y que bebieron leche que seguía contaminada años después, mostraron un incremento enrome en cáncer de tiroides vinculado al yodo radiactivo".
"Por eso es que las autoridades en Japón están distribuyendo el KI. Sin embargo, los estudios demuestran que no se recomienda que los adultos mayores de 40 años tomen el yoduro de potasio", afirma el profesor Boice.
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