jueves, 12 de enero de 2012

El misterioso destino de una niña indígena indigna a Brasil

                                        



Ésta puede ser o bien una historia increíblemente trágica o increíblemente extraña. Lo que es, de momento, es una historia llena de incógnitas que el pueblo brasileño quiere ver resueltas.



Se trata del supuesto asesinato de una niña indígena, de la tribu Gwaja-Awa, de ocho años a manos de unos leñadores de la Selva Amazónica, en el estado de Maranhão, al noroeste de Brasil. Lo cuenta Eliano Jorge, el líder de otra tribu, los gualjajaras, que reside en la misma reserva natural. Según él, "todo ocurrió en lo profundo de la selva".



Los leñadores estaban sobornando a los Gualjajaras para que les dejaran talar árboles ilegalmente cuando apareció la niña Gwaja perdida. Ella era de otra tribu, viven muy separados del resto del mundo y es posible que nunca hubiera visto a un hombre blanco en su vida. Les oímos reírse mientras ataban a la niña a un árbol, la rociaban con alcohol y le prendían fuego".



Esa es la parte trágica de la historia. Ahora viene la extraña: todo esto ocurrió el pasado octubre. Aunque todas las autoridades pertinentes (el católico Consejo Indígena de Misioneros, la Fundación Nacional de Indios, los medios...) fueron avisadas no se inició ninguna investigación oficial. De hecho, la única prueba que hay, de momento, es un vídeo donde, al parecer, el cuerpo se ve calcinado. Otros niegan que exista tal cosa.



Así que tenemos un crimen que podría o no haberse cometido según cuentan los miembros de una tribu que no es la afectada (porque los Gwaja viven demasiado aislados del mundo, se supone, aunque no hay testimonios de que ninguno de ellos haya salido en busca de la niña perdida), cuyas pruebas sólo algunas personas afirman tener y motivado únicamente por un racismo extremo.



¿Por qué entonces se está hablando tanto de él en Brasil estos días? Porque podía ser cierto. Y esa posibilidad indica que estaríamos ante una injusticia tan odiosa que sólo podría superarse quedándose de brazos cruzados.



La historia es un tema recurrente en las redes sociales brasileñas desde que el cuatro de enero la periodista Alice Pries lo rescatara en su muro de Facebook. "En cuanto [oí la historia] en boca de los Gualjajaras, no pude dormir", escribió en un post en el que detallaba la historia.



Así ha empezado un movimiento de protesta en el que participan tantos indignados como incrédulos. Por ejemplo, otro periodista, Luis Carlos Azenha alertó de que "sólo una investigación oficial puede confirmar que haya un cadáver calcinado y que sea, de hecho, el de una niña. Se necesita el testimonio de un testigo para culpar a los culpables".



Otro periodista, Pajar de Oliveira, va más allá y sostiene que "el informe que maneja la Fundación Nacional de Indios lo han hecho funcionarios que son aliados de los ganaderos y los leñadores locales. Por tanto, no es de extrañar que no se haya abierto una investigación".



De hecho, y sin salir de las redes sociales, el Instituto Sociológico Ambiental de Brasil cita en su Facebook a un antropólogo llamado Uirá García, que afirma que "hay indicios de la desaparición de una niña Gwaja durante una reunión con los leñadores".



El primero en informar de la historia, un bloguero llamado Roger Tomás Jr, se indignó recientemente con el silencio institucional ante el caso, afirmando que "si mañana o pasado un indio da una bofetada a un campesino o a un leñador en Arame o cualquier otro lugar de Brasil, habría un montón de editoriales en periódicos, revistas, radios y televisiones criticando el salvajismo de los indígenas y la amenaza que suponen para la democracia".

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