martes, 17 de enero de 2012

Teorias de las causas del accidente del crucero italiano Concordia

                                   



La imagen del Costa Concordia apoyado sobre el flanco de estribor en la orilla de la isla de Giglio es, sin duda, impresionante.Pero es precisamente lo monumental de la imagen lo que, dicen los expertos, ha resultado en una situación tan absurda como que un barco naufragara a pocos metros de la costa: tan grande es esta embarcación (llevaba a bordo a 4.200 personas, entre pasajeros y tripulación), tan pesados son los lujos que incluye a bordo, que moverla sobre el mar es una tarea extremadamente arriesgada.



Y eso que el Costa Concordia no es de los de mayor tamaño (hay otros 25 barcos de pasajeros más grandes en todo el mundo), pero mide 300 metros de largo y 30 de alto. Cuando el viernes zarpó para recorrer las costas entre Italia y Francia, pasando por España, recordaba más a un complejo de oficinas que a una nave.



Esto del tamaño es importante porque, aunque aún no haya respuestas oficiales a por qué este barco naufragó hace tres días cobrándose seis muertos, de los cuales uno es español. Es el factor principal que barajan los expertos para explicarse el accidente.



De momento, todas las explicaciones pueden resumirse en tres teorías. La primera habla de unas rocas maliciosamente ocultas bajo la superficie marítima que colisionaron contra el barco y crearon una impresionante brecha de 70 metros.



Así se explica que la tripulación no las evitara y se diera el gran golpe que escucharon los pasajeros. Esta es la teoría que cita el capitán del barco, Francesco Schettino, de 50 años de edad y 30 de experiencia. Según él, intentó devolver el barco a la orilla cumpliendo la normativa de la Organización Marítima Internacional, donde volvió a rasgarse contra más rocas y se volcó.



Es posible que la carta náutica no reflejara esas rocas. Pero eso levanta muchas sospechas entre los expertos. Cosimo Nicastro, portavoz de los guardacostas italianos insiste en que "todos los peligros que haya en la zona están bien registrados en la carta náutica.



Hablamos de un lugar en el que viene mucha gente a bucear; se conocen bien los riesgos. Así que el único enigma es por qué el capitán se acercó tanto a ellos".



De hecho, esa duda es uno de los motivos por los que el capitán fuera detenido por homicidio culposo y abandono de pasajeros. Si de verdad así es como transcurrieron los hechos, estamos hablando de una teoría cuando menos incompleta.



Y aquí es donde vienen las otras dos teorías. Primero la que habla de un fallo eléctrico masivo, que fue lo que impidió al sistema de navegación avisar de estas rocas. La nave se alimenta de la energía que crean unas máquinas de diesel, que generan la energía que mueve las hélices, enciende las luces y calienta los radiadores.



Si hubiera habido algún fallo en el sistema, el golpe que sintieron los pasajeros podría no haber sido de las rocas, sino de una necesaria explosión en la sala de máquinas. Está previsto que estas cosas puedan ocurrir y el barco está diseñado para volver a encenderse con los generadores de emergencia, pero eso lleva un tiempo. Y como el barco estaba demasiado cerca de la orilla, es posible que no hubiera tiempo suficiente.



Esta teoría del fallo eléctrico no es más que la versión biempensante de la tercera hipótesis: el fallo humano. Que la tripulación se distrajo, que el capitán no estaba lo suficientemente concentrado en su tarea, y que así el barco acabó más cerca de la costa de que lo cabría esperar. Esta es, al final, la causa del 80% de los accidentes marítimos.



Es la teoría que apoya el profesor de arquitectura naval Chris McKesson, de la Universidad de Nueva Orleans. "Si ves las imágenes del accidente, casi parece que vieron el peligro en el último minuto, intentaron virar el barco para evitarlo y no lo consiguieron... Es un barco grande y no se pueden evitar los peligros así".



Es como conducir una caravana: cuando giras un poco a la derecha, la cola se va un poco a la izquierda. Si miras las fotos del barco, parece que eso es exactamente lo que pasó. Giraron hacia un lado, y la cola del barco recibió el golpe".



En un año cargado de recuerdos, al Titanic con motivo del centenario del naufragio más famoso de la historia, McKesson no puede evitar ver similitudes. "De hecho es sorprendentemente similar. Pero con las lecciones aprendidas de aquel accidente.



Para evitar que cuando entre el agua se inunden todos los compartimentos, los hemos separado individualmente. De no ser así, estaríamos viendo exactamente el mismo tipo de accidente".

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