Un atentado suicida dejó este viernes "decenas de muertos y heridos" en el barrio de Midan en Damasco, unas dos semanas después de un ataque similar con dos coches bomba que causó la muerte de 44 personas en la capital siria.
Por lo menos 25 personas murieron y otras 46 fueron heridas en el atentado, según el último balance difundido por la televisión estatal siria.
"Diez personas murieron y se encontraron los restos de los cadáveres de al menos 15 personas más. Otras 46 sufrieron heridas", afirmó la televisión en su primer balance, precisando que se trata en su mayoría de civiles.
"El atentado se produjo en un barrio popular cerca de la escuela Hasan al Hakim, en un lugar que estaba lleno de gente", precisó la televisión, que mostró las primeras imágenes de la zona devastada donde se produjo la explosión.
"Los primeros elementos muestran que se trata de un atentado suicida que se produjo delante de un semáforo y que dejó decenas de muertos y de heridos, la mayoría civiles", añadió la televisión.
"El objetivo del atentado terrorista eran los habitantes. La explosión fue potente y las ambulancias se dirigen hacia la zona", añadió.
Las imágenes difundidas por la televisión mostraron restos de cuerpos mutilados en una bolsa negra, escombros por toda la zona y varios vehículos calcinados con los cristales destrozados.
El 23 de diciembre, 44 personas murieron y 166 resultaron heridas en dos atentados suicidas con coche bomba en Damasco, que fueron atribuidos a la red radical de Al Qaeda por las autoridades, mientras la oposición acusó al régimen del presidente sirio, Bashar Al Asad.
Estos atentados, que no fueron reivindicados, apuntaron a la Dirección de la Seguridad General, el servicio más importante de información civil, así como a un edificio de la seguridad militar en el barrio de Kafar Susé (oeste).
Se trató entonces de los primeros atentados de este tipo desde el inicio de la rebelión popular el pasado 15 de marzo contra el régimen, que se niega a reconocer la magnitud de las protestas y acusa a "bandas armadas terroristas" de crear el caos en el país.
Los atentados del 23 de diciembre se produjeron un día después de la llegada a Siria de una delegación que debía preparar la misión de observadores de la Liga Árabe, que se inició tres días después.
Esta misión, que visitó varias ciudades del país, es criticada cada vez más por la oposición siria, que le reprocha no haber impedido que el régimen siguiera su represión sangrienta de la rebelión.
Por su parte, el régimen de Asad acusó a Estados Unidos de inmiscuirse en la misión de observadores árabes encargados de dar cuenta de la situación en Siria.
Según los Comités Locales de Coordinación, que organizan las manifestaciones opositoras en Siria, 390 personas murieron desde el 26 de diciembre, fecha en que la misión de observadores comenzó su trabajo.
El propio jefe de la Liga Árabe, Nabil Al Arabi, admitió que los disparos contra los manifestantes contrarios al régimen continuaban.Según estimaciones de la ONU, la represión en Siria dejó al menos 5.000 muertos desde el 15 de marzo.
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